Así como está el Ecuador, como lo ven desde fuera y como lo vemos todos, y lo peor todavía, como vive la mayoría de la ciudad y de la ruralidad que es más doloroso aún, porque no tienen esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Ellos viven una especie de subestado, donde también subyace la justicia, la democracia, la libertad, la equidad y los derechos humanos con los cuales se define la categoría de persona o de ser humano, que a ellos se les ha negado, aunque aparentemente formen parte de una sociedad civilizada pero que no reconoce esos derechos. De este flagelo social que viven nuestros hermanos del ande, cobijados por la miseria, cuidando los pajonales para que el agua llegue a las ciudades; olvidados, excluidos y vilipendiados por dar vida a otros hermanos afortunados que hicieron y que hacen las leyes para que todo continúe igual. Llega un paro nacional por la última gota que derramó el vaso de agua de sus carencias económicas; de lo cual, nadie entiende ni quiere entender este fenómeno social que pervive por centurias.

Que el paro y en él, la protesta es legal y justa, nadie que sea racional y tenga conciencia social de la realidad que vivimos, puede negar que la posición del indigenado agrupado en la CONAIE, es una necesidad reivindicativa que debe llevar al gobernante a iniciar un proceso de cambios sustanciales desde la estructura, no desde el discurso y el reparto de dádivas que construyen burbujas de emoción para el momento; pero que, a la vez, les harán aterrizar en la misma triste realidad que viven. Que en el paro existe vandalismo, destrucción, por la participación de líderes malsanos de un aciago movimiento atestado por politiqueros oportunistas que se inmiscuyen en esta causa justa; el gobierno tiene la obligación de desenmascararlos y ponerlos donde deben estar, con todo el poder y el aparataje que dispone para estos casos; más no cegar la vida y derramar sangre hermana.

¿Acaso no fue culpa del gobierno de invisibilizar a los sectores deprimidos, y no tomar las medidas necesarias para mitigar el golpe por el ajuste económico al diésel? Nos preguntamos: ¿Si ya se inició la protesta, por qué no fue capaz de llamar al diálogo? Estas y muchas preguntas más se vienen haciendo las personas que de alguna manera conocen la complejidad del problema que se ha desbordado especialmente en el norte del país. Al respecto, la cadena internacional de noticias france 2024, comentaba: “Lo que comenzó como una protesta por la eliminación del subsidio al diésel se ha transformado en un movimiento amplio de rechazo al gobierno del presidente Daniel Noboa, que enfrenta crecientes cuestionamientos por su manejo de la crisis económica, la represión policial y su propuesta de una nueva Asamblea Constituyente. Su propuesta de una Asamblea Constituyente pretende, según el gobierno, “modernizar el Estado” y “fortalecer las instituciones”, pero sus críticos la consideran un intento de concentrar poder y desviar la atención de los problemas más urgentes. Por su parte, Carolina Jaramillo, la portavoz del gobierno, manifestaba: “No vamos a negociar y no vamos a retroceder porque esto significaría dejar de entregar beneficios directamente a quienes más lo necesitan”. ¿O será, porque tienen que cumplir la receta del FMI? Ustedes saben.

Mientras tanto, el gobierno apura una consulta popular con los mecanismos legales y constitucionales, si le resulta todo lo que él tiene planificado, lo llevaría a desbaratar la Constitución actual, construir otra y por tanto, otras leyes que, sólo Dios sabe cómo y para que las utilizará, porque todo está adornado de opacidad en lo que hace. Queda decir que: a balazo limpio y con una nueva Constitución y leyes, nada se arreglará si no se parte desde lo estructural de los problemas que han llevado a mantener a la patria anquilosada en la inequidad, en el reparto injusto de la riqueza nacional, en el apoderamiento ilegítimo del poder de un Estado reconocido por los organismos internacionales como: multicultural, multiétnico y plurinacional. Y de ninguna manera cada nación significa que se trata de otro estado. Sólo los ignorantes en la materia, ya sean: opinadores, conductores de opinión y aduladores del poder, no entienden y hacen aflorar sus flaquezas intelectuales.

Loja – 21 – X 2025

Luis Alulima Benítez