LOS INTRÍNGULIS DE LA POLITIQUERÍA NACIONAL

En la acepción 2, la Real Academia Española, RAE, nos manifiesta que la palabra intríngulis se define como la Intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona o en una acción; sin embargo, este concepto también nos hace entender que se puede tratar de un inconveniente o conflicto que se deriva en algo o a un propósito o motivo enmascarado que se vislumbra en una acción o en un individuo.

Esto es lo que se está viviendo y se ha vivido con dos gobiernos como: Correa, que apelaba a su propia generosidad para entregar su vida por la causa de los pobres, pero que, a la final, resultó un fiasco enredado en un intríngulis politiquero, en donde las mentes lúcidas y las manos limpias salieron encharcadas de lodo, para fomentar el odio y la división entre ecuatorianos, porque a la final, sólo tuvieron cabida los depredadores de las arcas fiscales: de oficio y los aprendices.

Igual ocurre ahora, este gobierno es la fiel copia de aquel que tanto daño nos hizo: viola la Constitución, las leyes, persigue a quienes disienten con sus “sabias decisiones”, envía proyectos de leyes con el carácter de económico urgente, plagadas de equivocaciones y desajustadas al ordenamiento legal y constitucional consagrados en sus textos correspondientes y en los tratados internacionales; Es decir, toda una grosería directa a la inteligencia de los ciudadanos libres, como han  manifestado los que saben, los expertos en materia jurídica. Aquí se dijo, por ejemplo, que esas leyes y todas las que fueron aprobadas, debieron ser rechazadas tan solo luego del conocimiento del CAL, porque no reunían uno de los requisitos como era: la unidad de materia. Peor todavía, por el contenido de esos proyectos redactados al apuro y sin la experticia que convoca esta necesidad.

Luego la CC con el derecho y el rol asignado para ella, suspendió algunos artículos por las razones ya expuestas: ahí ardió Troya y vino el escándalo publicitario y la arremetida contra el organismo de control constitucional, se le acusó de todo y por si acaso; se armaron marchas y denostaciones para hacer ver que la CC era la causante de todos los males que le pasa al Ecuador. Acto seguido decidieron convocar a una consulta, con algunas preguntas para referéndum que más bien debieron ser tratadas en el trámite ordinario de la Asamblea nacional.  En ese ambiente de tensión politiquero y por la supremacía del poder, el presidente Noboa decidió llamar a una Asamblea Constituyente, según él, para devolver el poder al pueblo y sacar al país del secuestro institucional.

Sin pasar inicialmente por el dictamen de la CC, finalmente esta la aprobó por petición del Consejo Electoral, luego de la pugna respectiva; para el efecto, los electores probablemente dirán sí a la Constituyente, prevista para el 16 de noviembre de 2025, por lo que, en el siguiente evento se elegirán 80 constituyentes que, en definitiva, resultará un monumento al centralismo, con más representantes de Guayaquil, Quito, Cuenca y Manabí. Y todo el Show costará por encima de los 300 millones de dólares que no beneficiará en nada al pueblo humilde, excluido y desprotegido que suman millones en el Ecuador y que por ahora sangra por el delito de producir alimentos y servicios para darnos vida.

Son muy pocos los que ven de verdad esto, el resto, se encuentra enfrascado en los intríngulis de la politiquería nacional, apoyando a quienes viven en contienda perniciosa y absurda, sin posibilidad de diálogo constructivo que nos lleve a la solución de los mayores males del país como: la peste de la inmoralidad y la antiética que confluyen en la corrupción que genera pobreza, delincuencia,  crimen organizado, drogadicción y muerte; debilita el tejido social, masifica la miseria y privilegia el reparto desigual de la riqueza nacional. Entendiendo esto, también se podrá entender el paro nacional que por ahora cursa la segunda semana con saldo destructivo para la economía de los sin empleo y sin esperanza de que las condiciones de vida cambien a corto o mediano plazo, más un muerto y algunos heridos. Pero, la politiquería en los bajos mundos del pensamiento de los atracadores de siempre, sus proyectos de riqueza personal y de grupos privilegiados continúa, a pesar del dolor de los que sufren.

Luis Alulima Benítez.